Tres de nuestras personas usuarias han formado parte de una comunidad interseccional e intercultural, promovida por BBK Kuna y UN Etxea
Ana Mota, Conchi Basabe y Javi Martínez-Inchausti son las tres personas usuarias de nuestra asociación que han formado parte de la comunidad de aprendizaje Cuaderno de Bitácora Intercultural, promovida por BBK Kuna y UN Etxea (asociación del País Vasco para la Unesco). Junto con 16 participantes más de diferentes orígenes, culturas, edades, géneros, religiones, capacidades o funcionalidades, pero con una característica en común: su perfil artístico, han creado un espacio para reflexionar sobre cómo interactuamos, nos sentimos, convivimos y participamos en la sociedad vizcaina, a través del arte, la creatividad y la cultura, y desde un enfoque interseccional e intercultural, dinamizada por el actor y dramaturgo Cruz Noguera.
Entre marzo y noviembre, han experimentado durante 20 sesiones que las diferencias son fortalezas y que, a través de la reflexión y el diálogo, se convierten en elementos que enriquecen. Las voces de cada participante se han ido entrelazan do en un ambiente abierto, honesto y libre de ataduras y prejuicios, creando un tapiz cultural y diverso desde la escucha, la confianza y la cocreación.
‘La ciudad soñada’
El resultado es una obra compartida, ‘La Ciudad Soñada’, que se presentó en el escenario de la Sala BBK, como un ejemplo de sociedad más inclusiva, igualitaria y sostenible. Las protagonistas son las propias personas que han participado en la comunidad de aprendizaje, y dieron testimonio de sus experiencias, vivencias, deseos y esperanzas, e invitaron al público a generar un pensamiento crítico, un sueño, sobre cómo avanzar hacia sociedades que apuesten por la inclusión, la igualdad, la equidad, los derechos humanos, el reconocimiento de las diversidades y un desarrollo sostenible.
Participar en esta innovadora experiencia ha supuesto la posibilidad de explorar nuevas formas de inclusión en nuestro entorno. Nuestras personas usuarias han salido de su zona de confort, y eso les ha permitido aprender y compartir a través de aportaciones significativas. Y, de ese modo, han visibilizado aún más la discapacidad intelectual, pero desde un plano no muy habitual: la creatividad, la cocreación, el diálogo y la interacción entre diferentes.