“Las familias tienen que sentir a la asociación como suya”

20/11/2017

Àngels Ponce, terapeuta familiar experta en el ámbito de la discapacidad intelectual, destaca la importancia de que las familias sean uno de los motores de las asociaciones

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Dentro de nuestra estrategia de dinamización asociativa, hemos iniciado un proceso con familiares y otras personas expertas para reflexionar en torno a los grupos de familias. En las dos primeras sesiones, hemos contado con Ángels Ponce que reconoce la importancia de esta acción, la necesidad de la participación familiar, y nos ha ayudado a enfocar nuestra visión sobre este reto.

 

¿Qué le parece la propuesta de Gorabide para explorar nuevos canales de participación familiar?
Me parece muy interesante, en primer lugar, que la entidad no se quede parada, que siga avanzando en la dinamización de las familias. Porque no todas se lo plantean; muchas entidades
siguen donde empezaron. Pero también me parece importante que la dinamización se plantee a partir de las propias familias. Y que ellas sean agentes activos de ese cambio me parece muy coherente.

¿Y comparte la idea de contar con un movimiento amplio, cohesionado, participativo y con sentimiento de pertenencia?
Sí, sin duda. Sigue teniendo sentido que exista el movimiento asociativo, porque todavía no está todo resuelto. Quizás algún día, cuando las personas con discapacidad intelectual y sus familias ya tengan lo que necesiten, no haga falta. Pero creo que este no es el momento; sigue siendo necesario alguien que empuje y que siga significando la voz de qué necesitan las familias y las personas con discapacidad intelectual. Sigue habiendo muchas necesidades en muchos ámbitos, y aún hay derechos que no pueden ejercer con plenitud.

La participación de las familias fue nuclear en los orígenes del asociacionismo. ¿Se puede recuperar ese espíritu?
Quizás no vayamos a volver a lo mismo porque, aunque aún haya necesidades, no son tantas como las de esa época. Cuando parece que las cosas están resueltas, parece como que no tienes nada que hacer. Sólo ante los problemas la gente toma conciencia de lo importante que es pertenecer. La gente tiene que sentir la entidad como suya. Sentir que esta entidad es “MI entidad”, en la que yo tengo ganas de dedicar mi tiempo, de apoyarles, de dar la cara cuando sea necesario… Eso es sentimiento de pertenencia. Y, es cierto, no todo el mundo lo tiene. Quizás la gente se ha relajado, y creen que la entidad son “quienes la llevan”. Se ha perdido la cultura de movimiento.

¿Y cuáles pueden ser las vías para lograr una mayor participación?
Son claves la información y la comunicación. Es necesario acortar la distancia que pueda haber con el servicio. Luego, partiendo de las necesidades, se pueden ver las fórmulas en las que las familias pueden colaborar. Lo que necesitan las familias con niños pequeños es distinto a lo que necesitan las familias con hijos adultos e, incluso, hermanos que están tomando protagonismo. Y, desde ahí, veamos qué acciones pudieran ser necesarias. Pero acciones protagonizadas por familias.